Marruecos no quiere ser comparsa en el Mundial de fútbol 2030 que va a organizar conjuntamente con España y Portugal. Quiere ser protagonista. Y no uno cualquiera, pues aspira al plano corto, al foco máximo, al partido que decide todo. La final. Esa que nuestro país da casi por sentada en el Estadio Santiago Bernabéu y que Rabat pretende arrebatarle a golpe de talonario, planificación política y una inversión que no se recuerda en el fútbol africano —ni siquiera en el árabe— desde que el dinero dejó de ser un problema y pasó a ser señal de gran poderío.
La Copa Africana de Naciones 2025, que ha comenzado este mismo domingo en el Estadio Moulay Abdellah de Rabat —con el partido inaugural entre Marruecos y Comoras— y que se va a desarrollar hasta el próximo 18 de enero, sirve de gran banco de pruebas para el país alauita, de cara a la gran cita futbolística que paralizará el mundo.
La inversión es ingente, descomunal. Marruecos está rediseñando su mapa deportivo con estadios de última generación, nuevas instalaciones de alto rendimiento, mejoras en movilidad y una apuesta sin precedentes por el fútbol femenino y la formación de jóvenes talentos. Para ello va a invertir más de 20.000 millones de dirhams (1.860 millones de euros). Asimismo, se ha lanzado un programa global de infraestructuras de aproximadamente 150.000 millones de dirhams (cerca de 14.000 millones de euros), que integra infraestructuras deportivas, de transporte, de agua y otros componentes relacionados con la Copa Africana y el Mundial 2030. Sencillamente impresionante.
Modernización de estadios
- Infraestructuras deportivas: de los nueve estadios que acogerán la Copa de África 2025, cinco han sido igualmente seleccionados para la Copa del Mundo (Rabat, Tánger, Fez, Agadir y Marrakech). Entre estos cinco recintos, dos estarán ya en una configuración conforme al pliego de condiciones de la Copa del Mundo durante la Copa de África de las Naciones (Rabat y Tánger).
Los otros tres estadios (Marrakech, Agadir y Fez) serán objeto de una segunda fase de renovación después de la CAN para ajustarse a los requisitos de la FIFA. El sexto estadio seleccionado para el Mundial 2030, el Gran Estadio Hassan II de Casablanca, está actualmente en construcción y será el estadio más grande del mundo, con una capacidad de 115.000 espectadores.

Respecto a los centros de entrenamiento, se ha llevado a cabo el acondicionamiento, equipamiento y gestión de más de 55 centros, que totalizan más de 100 campos de fútbol (conformes a las normas de la FIFA: césped, sistemas de drenaje, etc.).
- Infraestructuras mediáticas y tecnológicas: ampliación y actualización técnica del recinto de la Feria Internacional de Casablanca, propuesto para albergar el Centro Internacional de Difusión (IBC), con una infraestructura de broadcast de más de 40.000 metros cuadrados.
Además, a nivel tecnológico se está implementando la digitalización de accesos mediante sistemas de control biométrico, ticketing inteligente y cámaras de seguridad de última generación, apoyándose en la estrategia Marruecos Digital 2030.
Nuevos centros deportivos, academias y apuesta por la cantera
El desarrollo deportivo marroquí trasciende la construcción de estadios. El país ha invertido activamente en formación y en instalaciones especializadas. Desde Academias de alto rendimiento, como la expansión de la Academia Mohammed VI de Fútbol, hoy una referencia africana en la formación de talento.
Por otra parte, la creación de nuevos centros regionales dedicados a la detección temprana de jóvenes promesas, se suma al refuerzo de las ayudas a clubes base mediante programas de formación de entrenadores, arbitraje y ciencias del deporte.

El fútbol femenino no es ajeno a esta apuesta por el deporte rey. Marruecos se ha convertido en pocos años en uno de los líderes africanos del fútbol femenino, gracias al aumento del presupuesto nacional dedicado al fútbol femenino en todas sus categorías. Así lo demuestra el desarrollo de la Liga Nacional Femenina profesionalizada, con clubes mejor financiados y acceso a infraestructuras de calidad, junto a la creación de academias mixtas y centros de formación específicos para niñas.
Los recientes éxitos de la selección femenina marroquí, entrenada por el español Jorge Vilda —el mismo que hizo campeona a la selección española en el Mundial de Australia/Nueva Zelanda 2023— y clasificada para el Mundial por primera vez en su historia, reflejan el impacto de esta apuesta estructural.
Digitalización, sostenibilidad y seguridad
La inversión en infraestructuras deportivas se complementa con el despliegue acelerado de la red 5G para garantizar conectividad masiva en las sedes. Junto a ello, medidas avanzadas de seguridad inteligente, incluyendo videovigilancia con IA, sistemas anti intrusión y nuevos protocolos de gestión de multitudes.
El impacto que supone acoger este tipo de eventos será compensado con medidas de eficiencia energética como el diseño de infraestructuras basadas en Iluminación solar y continuo desarrollo de plantas de energía renovable para abastecer estadios y centros deportivos, alineada con la estrategia verde nacional.
El Gobierno y la Federación Real Marroquí de Fútbol han reiterado que los esfuerzos desplegados para la CAN 2025 y el Mundial 2030, junto a España y Portugal, no responden únicamente a exigencias organizativas, sino que buscan dejar un legado duradero, optimizando la infraestructura deportiva en todas las regiones del país y garantizando un acceso más amplio a equipamientos modernos para la juventud marroquí.
En definitiva, el partido por la final del Mundial 2030 ya se juega en los despachos, en los planos y en las obras. Y, de momento, Marruecos va por delante en ambición, inversión y claridad de ideas. El Bernabéu sigue siendo el gran gigante, pero lo cierto es que los gigantes también pueden caer si se confían. Y Rabat no piensa desaprovechar la oportunidad de marcar el gol más importante de su historia deportiva.

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