El líder sobrevive en los límites para ganar donde nadie lo había hecho

Hace 3 horas 1

Donde no había ganado nadie, en La Cerámica, venció el Barcelona, visitante implacable con Flick. Ocho victorias seguidas encadena el líder, que gana hasta cuando lo pasa mal. Golpe de autoridad en una tarde peculiar, donde el equipo no estuvo para nada plácido pero se mantuvo a flote como pudo hasta que se quedó con uno más y el partido hizo bajada. Raphinha y Lamine Yamal reinaron y Joan Garcia corrigió todos los errores del Barça.

Los límites, los mentales y los sociales, tienen algo que hechizan, que seducen pese a saber que son peligrosos. Si te acercas demasiado, los acabas encontrando. Entonces puedes escurrirte y acabar resultando fatales, definitorios. Si sabes sobrevivir en esos escenarios tan estrechos y resbaladizos y vuelves de una pieza te acerca a la fina línea del éxito. En el deporte, puestos a simplificar se atribuye, se recurre a la suerte del campeón.

Los límites sonrieron al líder, que ganó en el campo del tercer clasificado un partido fastidioso. Los límites condenaron al Villarreal, que primero perdonó y luego se pasó de frenada. La ley, en forma de tarjeta roja, le rebañó cualquier esperanza.

El Barcelona jugó al borde del precipicio durante muchos minutos, pues su momentánea victoria pareció un espejismo, casi un milagro. Las paradas de Joan Garcia y la mala puntería de los futbolistas locales mantuvieron un 0-1 que era casi ilógico por la claridad de las ocasiones en una y otra área.

Pero el Barça se miró y se sorprendió al verse que salió ileso de ese intercambio del golpes y contraataques. Es más, de forma increíble, estaba por delante gracias a un penalti que Raphinha provocó al encarar a Comesaña y que transformó con mucha sangre fría, engañando a Luiz Júnior. Fue una de las pocas veces que los de Flick, sin Pedri, encontraron espacios por dentro en la maraña de dos líneas de cuatro que siempre idea Marcelino.

El Villarreal no paraba de cortar pases y de salir en transición y en ventaja hacia Joan Garcia. A los 80 segundos, después de un córner a favor de los visitantes, Pépé y Moleiro se plantaron en el área pero el remate de cabeza del marfileño se fue fuera. Poco después, tras un mal pase de Gerard Martín que se la dio a Buchanan, el intento de Ayoze se topó con el cuerpo de Koundé a despejar. Y en otra mala entrega de Cubarsí, Ayoze obligó al portero de Sallent a intervenir.

Muy atosigado y precipitado, el Barça, además del gol, solo tuvo otro acercamiento pero que pudo ser definitivo. El larguero evitó un golazo de Raphinha, que probó un disparo de rosca desde la frontal tras un córner sacado en corto.

Lo que se sucedían eran las llegadas del Villarreal, incluso un autogol de Koundé anulado por fuera de juego de Sergi Cardona. Buchanan enganchó una volea cruzada pero tampoco la pudo dirigir. Y en ese contexto de agobio, llegó la más clara. Parejo dejó solo a Pépé, que se plantó ante Joan Garcia. Balde le molestaba pero incomprensiblemente, el delantero chutó fatal, alto, en lo que parecía que iba a ser el empate cantado.

El Barcelona estaba enjaulado en la trampa de Marcelino. Pero entonces, cuando estaba pasando un calvario, se le abrió el cielo.

Quien sobrepasó todos los extremo fue Renato Veiga, el defensa central del Villarreal que fue hasta más allá del centro del campo para cazar a Lamine Yamal de espaldas. Una entrada desproporcionada con los tacos por delante que asustó a la joven estrella blaugrana. Una acción peligrosísima para el 10 del Barça. Hasta el punto de que Alberola Rojas no se lo pensó y le mandó a la ducha. Temiendo lo peor, Veiga incluso levantó la mano pidiendo disculpas mientras se marchaba.

El Villarreal se fue a los camerinos con cara de circunstancias. Había hecho una primera parte más que interesante, provocando la incomodidad del Barcelona para jugar por dentro, con hasta siete llegadas peligrosísimas al área de Joan Garcia pero el marcador reflejaba 0-1 y se había quedado con un jugador menos.

Sin embargo, Lamine Yamal pudo continuar sobre el césped. Y a la jugada siguiente, lejos de amilanarse, el chaval probó un slalom por su banda como si nada hubiera pasado, dejando claro que él no se deja intimidar.

La afición grogueta, que aceptaba de buen grado que este partido se fuese a Miami, se dedicó a silbar a Lamine Yamal a partir de ese momento.

El Barcelona pasó de jugar agobiado a hacerlo con mucha más calma y pausa, al tener superioridad numérica. Lewandowski y Rashford revitalizaron el ataque porque Flick no quería sufrimiento. Y no lo tuvo. Pero sí que hubo suspense.

Intriga tuvo la jugada del 0-2 porque no fue sino a la cuarta que Lamine Yamal pudo anotar. Todo rebotaba en las piernas de los del Villarreal: el primer chut del canterano, el de Lewandowski, el de De Jong... hasta que Lamine vio el agujero para responder a los pitos. Y magia tuvieron las paradas de Joan Garcia para frustrar a Rafa Marín, Mikautadze, Cardona para mantener la portería a cero y proteger el liderato y el campeonato de invierno.

Ficha técnica

Villarreal, 0 - Barcelona, 2

Villarreal: Luiz Júnior, Pau Navarro, Rafa Marín, Renato Veiga, Sergi Cardona, Buchanan, Comesaña, Parejo (Macia 75), Moleiro, Ayoze (Mikautadze 64) y Pepé (Oluwaseyi 75)

Entrenador: Marcelino García Toral

Barcelona: Joan Garcia, Koundé (Casadó 79), Cubarsí, Gerard Martín, Balde, Eric Garcia (Marc Bernal 66), F. De Jong, Fermín (Rashford 62), Lamine Yamal, Raphinha y Ferran Torres (Lewandowski 62)

Entrenador: Hansi Flick

Campo: Estadio de La Cerámica.

Árbitro: Alberola Rojas (c. castellano-manchego).

Tarjetas: Amarillas para De Jong y Buchanan. Roja directa a Veiga (39).

Goles: 0-1 Raphinha (p) (12), 0-2 Lamine Yamal (63).

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