Buenos días,
Alberto Núñez Feijóo ha logrado con el resultado de Extremadura hacer más visible el desgaste y la crisis que vive el PSOE. Este era el objetivo no explícito del adelanto electoral en la comunidad extremeña y de las siguientes citas previstas en Aragón, Castilla y León y Andalucía, donde los populares esperan ver la cara de derrota de Pedro Sánchez. Toda la estrategia popular se centra en forzar el clima político para que el líder socialista arroje la toalla y abandone la Moncloa. Ese es el sentido de la fotografía tomada ayer en la sede de Génova con Feijóo y el presidente aragonés Jorge Azcón felicitando a Guardiola por su victoria.
El PP practica la oposición más dura y agresiva posible en las Cortes, moviliza en la calle cuantas manifestaciones haga falta en contra del Gobierno y celebra elecciones autonómicas una detrás de otra para evidenciar la debacle socialista. Si este era el objetivo buscado en Extremadura se ha logrado con creces, ya que el candidato del PSOE se ha dejado diez escaños este domingo. Un resultado desastroso, sin paliativos.
Ahora bien, pensando solo en Extremadura, el PP ha hecho un mal negocio. La presidenta popular María Guardiola adelantó las elecciones para no tener que depender de Vox e intentar alcanzar la mayoría absoluta, repitiendo la estrategia que tan bien le salió a Juan Manuel Moreno Bonilla en Andalucía. La realidad ha sido muy distinta. Los populares solo han subido un escaño y quien se ha beneficiado más de la crisis socialista ha sido la formación de Santiago Abascal que ha pasado de 5 a 11 diputados. Vox va a ponerle el listón muy alto a Guardiola para darle su apoyo. De hecho, Abascal ha insinuado, incluso, que el PP debería plantearse buscar a otro candidato o candidata por la animadversión que sienten hacia ella. Que, por cierto, es mutua. Guardiola dijo en el 2023 que nunca pactaría con una formación como Vox. En esta última campaña electoral se han consolidado estas diferencias y la presidenta ha llegado a decir en una entrevista al diario Hoy que el líder de Vox “saldrá corriendo el día 22 de Extremadura y se irá a hacer campaña a otra región donde haya elecciones”. La realidad es que, tras los resultados, el PP deberá pedirle a Abascal que no se vaya y que se siente con ellos a negociar la gobernabilidad extremeña. Algunos dirigentes de Vox han expresado en privado que en la Comunidad Valenciana sí que les interesaba ofrecer su mano tendida al nuevo presidente Juanfran Pérez Llorca, como así han hecho, pero que, en Extremadura, su estrategia pasaría por hacer sufrir al PP “lo que no está escrito”. Hay quien no descarta incluso que el desacuerdo pueda provocar otra celebración electoral. Extremadura está hoy más bloqueada que antes de la convocatoria. Si el PP pretendía un aval de los extremeños para poder aprobar los presupuestos, le ha salido el tiro por la culata. A quien han apoyado los electores ha sido a Vox.
Pero de lo que se trataba aquí, para el PP, era mostrar la debilidad socialista. Y en esto, Feijóo ha logrado su objetivo con creces. En plena crisis por los casos de corrupción y por la mala gestión de diversos casos de acoso sexual en el partido, el PSOE se presentaba además a estas elecciones con un candidato que está imputado por un caso judicial que afecta al hermano del presidente de Gobierno. Era como ir al matadero con los ojos cerrados esperando la puntilla. Lo que no se podía esperar es que la caída fuera tan grande: diez escaños. Cuesta entender como el candidato Miguel Ángel Gallardo no haya dimitido ya en la noche electoral.
Los socialistas querrán pasar página rápidamente de esta debacle y hacer ver como que no ha existido. Es lo que ha hecho esta misma mañana el presidente del Gobierno que ha comparecido para anunciar el recambio de Pilar Alegría por Milagros Tolón y nombrar a la ministra Elma Saiz como nueva portavoz del Gobierno. Un milagro, como se llama la nueva titular de Educación, Formación Profesional y Deportes, es lo que necesitará el PSOE para ganar las elecciones generales cuando estas se convoquen.
La primera batalla de este ciclo electoral deja claro que el giro a la derecha es muy claro también en España y que Vox no es ninguna anécdota. Como bien escribe hoy Iván Redondo, el PP de Feijóo es hoy más dependiente de Vox que lo era ayer. Y los socialistas han de tener en cuenta que muchos de sus electores se quedaron en casa, pero también otros muchos se fueron a votar a la formación de Abascal. Un dato que hay que tener en cuenta.
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La entrevista a Antonio Cerrillo, el mejor periodista medioambiental de este país, que es un lujo tenerlo en nuestra redacción.
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Una interesante aproximación a diversas sagas familiares en el mundo del arte, cine, teatro, literatura y música.
Un nuevo capítulo de la investigación del equipo de A Fondo sobre el caso que afecta al catedrático Ramón Flecha.
Tres análisis de nuestros corresponsales en París, Berlín y Londres sobre la relación con los Estados Unidos tras el informe de estrategia de seguridad nacional de la Administración Trump.
Un repaso a los gobiernos en Latinoamérica tras el triunfo de José Antonio Kast en Chile.
La noticia que divulgaron Toni López Jordà y Joan Josep Pallàs sobre el futuro de la Fórmula 1 en el Circuit de Catalunya que celebrará pruebas bianualmente.
Un acto de La Vanguardia organizado en l’Hospitalet en conmemoración del centenario de la ciudad.
Y ESTOS SON MIS ARTÍCULOS DE LA PASADA SEMANA:
-Martes, 16 de diciembre: La sustancia de las cosas según Sánchez
-Miércoles, 17 de diciembre: En Valencia no se vota
-Jueves, de 18 de diciembre: IA, YouTube y lo que viene
-Viernes, 19 de diciembre: Desmontando el Brexit
-Sábado, 20 de diciembre: La UE no frena a Putin
-Domingo, 21 de diciembre: Los pobres no se evaporan

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