Tras quedarse sin mayoría absoluta y por debajo de las expectativas, María Guardiola subió al escenario improvisado en el hotel Azz de Mérida casi a medianoche. “Pedimos más confianza y hemos obtenido mucha mucha más confianza, que a nadie le quepa ninguna duda que vamos a seguir liderando el cambio”, subrayó la presidenta en funciones y candidata del PP. “Es una victoria incontestable. Las urnas han dicho que no se bloquee Extremadura, hay un claro ganador”, añadió rodeada de decenas de simpatizantes tras el recuento electoral de una jornada que la deja con 29 escaños, solo uno más que en 2023 y con 10.000 votos menos. Este lunes, la aspirante popular iniciará la ronda de contactos con el resto de grupos para negociar su investidura en la que, pese al adelanto de los comicios para tener las manos libres, volverá a depender de Vox. La intención de la presidenta en funciones es citar primero a socialistas durante las conversaciones.
Sobre las once y 25 de la noche, cuando era ya un hecho que Guardiola no había logrado el objetivo de la mayoría absoluta. En ese momento, su comité de campaña salía de la sala desde donde habían seguido encerrados el escrutinio, en el hotel Azz de Mérida. Entre los cargos próximos se veían caras largas y abrazos más de consuelo que de alegría pese a haber ganado las elecciones. “Aquí no vengas con esa cara”, decía uno de los apoderados a otro de los asistentes de la noche electoral del PP, en la que se vivió con desconcierto la tardanza de la presidenta en funciones cuando ya se conocía el resultado. “¡Presidenta! ¡Presidenta", le gritaban desde la escalera los simpatizantes mientras la organización pedía a los presentes que se fueran al bar y esperasen todavía más. Finalmente, Guardiola apareció en escena sobre las 23.40. Algunos repitieron el “presidenta”. Hay quien también gritó “¡ánimo, María!“.
Acompañada de miembros de su Gobierno y agitando la bandera de Extremadura, Guardiola puso el acento en la distancia de 11 escaños sobre el PSOE. Del jolgorio inicial entre los populares se pasó “incertidumbre” durante la noche cuando ni llegaba la mayoría absoluta ni los 30 escaños, mínimo resultado que manejaban internamente. También cuando vieron que perdían unos 10.000 votos respecto a 2023, que atribuyen a la baja participación.
La pelota vuelve a quedar en el tejado de Vox, a quienes necesita para revalidar la presidencia. Pero Guardiola no hizo una apelación expresa a la ultraderecha durante su comparecencia inicial. Fue a preguntas de los periodistas cuando interpeló directamente a los de Santiago Abascal y pidió una “lectura sosegada de las urnas”. “Lo que tienen que hacer es favorecer el cambio y no bloquear. No tengo líneas rojas, mis líneas son verdes, negras y blancas”, expresó en referencia a los colores de la bandera de Extremadura, que volvió a agitar tras su intervención.
Pese a las exigencias de Vox, de nuevo la candidata del PP ha desligado el debate de investidura de la aprobación de futuros Presupuestos. “Iremos a una investidura y luego aprobaremos los Presupuestos. Son dos cosas distintas”, apuntó. Y no descartó de plano la repetición electoral en caso de no concitar los votos necesarios. “¿Si vamos a repetir elecciones?. No es una cosa que me tengan que preguntar a mí“, expresó. Guardiola forzó la sonrisa durante toda su intervención y se le saltaron las lagrimas al final. Fue cuando recibió una abrazo de su hijo, que este domingo votó por primera vez en unas elecciones.

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