La izquierda alternativa celebra el resultado en Extremadura, pero vuelve a fracturarse

Hace 2 horas 1

La resaca de las elecciones extremeñas ha confirmado una paradoja incómoda en la izquierda a la izquierda del PSOE: incluso cuando gana, no logra ordenar su proyecto. El avance de Unidas por Extremadura —el mejor resultado del espacio desde 2023 tras una sucesión de derrotas en los comicios de Euskadi, Galicia y los europeos— ha servido para romper una inercia negativa, pero no para soldar las costuras estratégicas de un bloque que sigue discutiendo más el cómo que el para qué. El día después del 21-D, de hecho, ha dejado un diagnóstico compartido sobre la responsabilidad del PSOE en el deterioro electoral de la izquierda, pero también fractura evidente sobre la hoja de ruta para el tramo final del ciclo, en un contexto en el que Sumar pierde centralidad como socio preferente al evidenciar sus límites como actor territorial.

El primero en marcar posición ha sido el coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, quien ha reivindicado el modelo extremeño como hoja de ruta para futuras citas con las urnas. En su lectura de los comicios, la clave del resultado ha sido la construcción de candidaturas unitarias “con las organizaciones que realmente existen en el territorio”, una advertencia nada velada a Sumar. Maíllo ha puesto el foco en Aragón, próxima convocatoria electoral, donde ve margen para articular una alternativa de la izquierda que pueda impedir una mayoría absoluta del PP y abrir la puerta a un Gobierno progresista.

“Creemos que toca vertebrar esos espacios como hemos defendido siempre y desde una integración de todo lo que realmente existe en cada territorio y, sobre eso, hacer una propuesta política que genere una movilización llena de esperanza”, ha señalado en una comparecencia telemática realizada desde Sevilla y en la que ha insistido en la necesidad de apostar por proyectos unitarios con “respeto”, “visibilidad compartida” y fuerte arraigo territorial. “En cada realidad territorial, conformar las articulaciones de las fuerzas realmente existentes es el camino para crear un proyecto político de esperanza”, ha añadido, justificando indirectamente la ausencia de Movimiento Sumar en la ecuación.

Desde Podemos, el tono ha sido más áspero, aunque el diagnóstico territorial converge parcialmente con el de IU. A pesar de las reticencias de la pasada semana, el secretario de Organización y portavoz del partido, Pablo Fernández, se ha mostrado dispuesto a explorar una candidatura conjunta en Aragón con fuerzas de izquierda arraigadas, lo que implícitamente abre la puerta a alianzas con la Chunta Aragonesista. Sin embargo, ha vuelto a cerrar la puerta a confluencias con formaciones que, a su juicio, están “subordinadas” al PSOE o defienden políticas “tibias”, una referencia directa a Sumar. Las críticas no se han quedado ahí. Preguntado por las palabras de la dirigente extremeña Irene de Miguel, que la pasada semana calificó a Yolanda Díaz como “un poco fraude” para la izquierda, Fernández ha respaldado sin matices esas declaraciones profundizando en una grieta que apunta a ser insalvable.

El caso es que fuentes de Podemos reconocen que ya existen conversaciones con IU y la Chunta en Aragón. Un escenario muy similar al admitido por IU, mientras que desde Sumar aseguran haber mantenido reuniones formales con ambas formaciones para explorar la creación de un frente amplio con el objetivo de “desalojar” al PP. Por ahora, sin embargo, esos contactos son bilaterales y empieza a ganar peso la idea de repetir la jugada extremeña que podría traducirse en una alianza entre Chunta, IU y Podemos sin Sumar, precisamente por su falta de enraizamiento en la comunidad.

Donde sí hay unanimidad es en la exigencia cada vez más “imperiosa” de un giro drástico al PSOE. Maíllo ha advertido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que tras el batacazo socialista en Extremadura “no es hora del manual de resistencia”, en alusión al título de su libro, sino de acción. A su juicio, el Ejecutivo debe relanzarse con una política “audaz”, especialmente en vivienda, porque el “inmovilismo no sirve”. El dirigente de IU ha subrayado además que la apelación al miedo a la ultraderecha ha dejado de ser eficaz, como demuestra el notable ascenso de Vox, y ha instado a desplegar medidas sociales de mayor calado.

Podemos eleva aún más el listón de la crítica. Fernández ha acusado al Gobierno central de ser una “fábrica de ultraderechistas” y ha vinculado directamente el auge de Vox a la “inacción” del Ejecutivo. “Con una izquierda fuerte se podría dar estabilidad al Gobierno; de lo contrario, vamos a ser arrasados por la ultraderecha”, ha advertido. Sobre la comparecencia de Sánchez de esta mañana, el dirigente morado la ha calificado de “vergonzosa” y “absolutamente lamentable”, acusando al presidente de “no estar entendiendo nada” y de demostrar que el PSOE “no va a hacer nada” para frenar a la derecha.

Fernández ha ido más allá al tachar de “infame” que Sánchez haya omitido lo ocurrido en Extremadura, algo que, a su juicio, evidencia que “este Gobierno está muerto”, es “incapaz de frenar a la derecha y la ultraderecha” y sigue extendiendo, con cada caso de corrupción que salpica al PSOE o al Ejecutivo, “una alfombra roja” a PP y Vox.

Así, la izquierda alternativa celebra un resultado que rompe una larga racha de derrotas, pero lo hace inmersa en una pugna estratégica que anticipa un ciclo electoral áspero. El consenso sobre la responsabilidad del PSOE convive con una disputa cada vez más abierta sobre el futuro del espacio y, en particular, sobre el papel de Sumar, que sale de la resaca extremeña con menos peso y más dudas como actor central de las futuras alianzas pese a su papel protagonista en el Gobierno.

Leer el artículo completo