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Durante más de dos años, la guerra en el país ha dejado cientos de miles de muertos y más de 7,2 millones de desplazados internos. La situación sanitaria es crítica, con brotes de cólera y dengue, y un aumento de casos de desnutrición infantil. Miles de personas han huido de Darfur del Norte en las últimas semanas, donde la ONU denuncia masacres y limpieza étnica
Cuando la guerra civil estalló en Sudán en abril de 2023, millones de personas huyeron de la capital, Jartum, y de su área metropolitana. Las calles principales del centro histórico quedaron completamente devastadas por los combates entre el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) que asolaron la zona durante meses. En marzo de este año, el ejército gubernamental logró expulsar a los paramilitares de Jartum, una ciudad que hoy es solo una sombra de lo que fue. Incluso después de todo este tiempo, los escombros permanecen en el suelo, al igual que los restos de los coches. No hay electricidad ni agua, y solo los militares custodian esta zona, que es frecuentemente atacada por drones. En la imagen, una calle de Jartum el 13 de noviembre de 2025.Giammarco Sicuro
La línea del frente atravesó la capital. En la imagen, un vecino de las afueras de Jartum muestra los impactos de bala en su coche. Su casa estuvo en el centro del frente de guerra durante muchos meses, y él también fue herido en la pierna por milicianos de las Fuerzas de Apoyo Rápido. Giammarco Sicuro
El hospital de Salam fue, por varios meses, el único operativo y abierto durante la guerra que azotó la región de Jartum, gracias al personal sanitario sudanés y siete médicos y enfermeras internacionales que decidieron permanecer en las instalaciones a pesar del conflicto y los bombardeos. Durante 19 años, este centro, operado por la ONG Emergency, ha brindado atención gratuita a miles de sudaneses. Tras la guerra, se ha convertido en una instalación única para pacientes con enfermedades cardiovasculares, desnutrición y neumonía. El hospital también alberga la única unidad de cuidados intensivos de toda la región. En la imagen, una intervención médica el pasado 16 de noviembre de 2025.
Giammarco Sicuro
Una madre aguarda a que su hijo sea atendido por personal médico de la ONG Emergency en el hospital de Salam, situado en un suburbio de la capital, Jartum, el 16 de noviembre de 2025.Giammarco Sicuro
Tres madres esperan a que sus hijos sean atendidos por personal médico de la ONG Emergency en Salam. Esta es la sala pediátrica donde se traslada a todos los menores con signos graves de desnutrición y deshidratación. Con la guerra, los casos de desnutrición han aumentado drásticamente en el país, al igual que las enfermedades infecciosas y la neumonía. Cada día, más de 400 niños llegan aquí esperando recibir tratamiento.Giammarco Sicuro
El hospital de Al Nao, en Omdurmán, una ciudad a unos 30 kilómetros de Jartum, es uno de los pocos que siguen funcionando en la región. En torno al 70% de los hospitales en zonas afectadas por la guerra están inoperativos por los saqueos, bombardeos y su militarización. Además, la situación sanitaria en el país es una de las más graves del mundo. En la imagen, una madre espera a que su hija de 12 años sea examinada por el personal del hospital, el 12 de noviembre. La mujer, originaria de Darfur, es una desplazada interna. Durante el viaje a la capital su hija enfermó y se encuentra en estado grave.Giammarco Sicuro
Un anciano espera ser atendido por el personal médico del hospital Al Nao, el 12 de noviembre de 2025. Todas las camas están ocupadas y se encuentra en el suelo en estado grave, al cuidado de sus dos hijas. La sala de urgencias de Al Nao carece de camas, y muchos pacientes se ven obligados a tumbarse en el suelo. Los médicos y enfermeros también duermen en el suelo, y las condiciones sanitarias son terribles. Las salas albergan muchos animales, como perros y gatos, lo que provoca un aumento de las infecciones entre los pacientes.
Giammarco Sicuro
En dos años de conflicto, el porcentaje de vacunación de menores ha caído del 94% al 48%, los niveles más bajos en el país en 40 años. El retroceso ya ha propiciado brotes de sarampión, polio y otras afecciones evitables a través de la inmunización que ya han causado muertes. Al hospital llegan enfermos de malaria y dengue, y muchos niños están desnutridos. El cólera también ha vuelto a ser un problema. Los médicos reclaman medicamentos, antibióticos, equipos médicos y personal, mientras que el oxígeno y la sangre escasean. En la imagen, una mujer cuida a su madre, internada en el hospital Al Nao en Omdurmán, Sudán.Giammarco Sicuro
La capital de Sudán, Jartum, es ahora una ciudad fantasma. Gran parte de la infraestructura ha sido destruida en los casi dos años de conflicto, mientras que el Gobierno permanece exiliado en Puerto Sudán, a cientos de kilómetros de distancia. En la imagen, tomada el 12 de noviembre, uno de los puentes que antes de la guerra conectaba Jartum con la ciudad de Omdurmán, situada en la orilla izquierda del Nilo. Fue destruido durante los combates entre el ejército de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido. Giammarco Sicuro
Un niño pasa frente a una iglesia cristiana copta dañada por los combates entre el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido. Los paramilitares saquearon repetidamente el edificio, robando objetos de valor y amenazando al sacristán y a sus hijos, que vivían en el interior. La fotografía fue tomada el 12 de noviembre de 2025.Giammarco Sicuro
Durante casi diez meses, la sede de la emisora nacional de televisión y radio de Sudán estuvo ocupada por paramilitares de las RSF. Las instalaciones quedaron completamente destruidas y una parte se utilizó como centro de detención y tortura para cientos de sudaneses. El director de la emisora lleva semanas recopilando testimonios de personas que estuvieron encerradas en las instalaciones, transformadas en una prisión. Así se ve la entrada principal, en una imagen del 17 de noviembre de 2025.Giammarco Sicuro
Una de las salas de la emisora fue utilizada como prisión por los milicianos de las RSF. Este pequeño espacio con un solo baño albergaba a más de 40 personas que no tenían permiso para salir. Los supervivientes describen terribles condiciones sanitarias, torturas y ejecuciones.Giammarco Sicuro
En este barrio estaba situado el cuartel general militar de las RSF, que mantuvo el control de la capital de Sudán durante casi dos años. Esta zona fue la última en ser recuperada cuando el ejército sudanés volvió a tomar Jartum y, por esta razón, los signos de la guerra son más evidentes en los edificios, que aparecen acribillados a balazos.Giammarco Sicuro
El campo de refugiados de Al Dabbah se encuentra en el desierto sudanés, a unas seis horas en coche de la capital, Jartum. Desde la caída de El Fasher, tras un asedio de más de 500 días por parte de las RSF, miles de refugiados han llegado aquí en busca de alimento y refugio. En las últimas semanas, más de 60.000 personas han sido acogidas en este lugar, que sigue expandiéndose. La mayoría son personas que huyeron de Darfur del Norte. Esta mujer, retratada el 17 de noviembre de 2025, vuelve de buscar agua en el único depósito que hay en el centro.Giammarco Sicuro
Una multitud se reúne el 17 de noviembre de 2025 en la entrada de una tienda en el campo de refugiados de Al Dabbah donde se distribuyen alimentos. Normalmente, reparten lentejas y, dos veces por semana, carne de cabra.Giammarco Sicuro
Un grupo de niños juega en el desierto de Al Dabbah. Los trabajadores humanitarios del campamento de refugiados han instalado los toboganes para los más pequeños. Según algunas estimaciones, el número de menores presentes representa más de un tercio de la población total de refugiados provenientes de El Fasher.Giammarco Sicuro
Una madre con su hija recién nacida en el campamento de Al Dabbah, el 17 de noviembre de 2025. Su esposo fue asesinado por paramilitares de las RSF. Ahora vive sola en una tienda de campaña.Giammarco Sicuro
Hace 2 días
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