Primer ‘caucus’: Vox captura al PP

Hace 4 horas 1

En el luminoso pabellón del PP extremeño sigue una camiseta en lo más alto en la que se lee: año 2011, 307.975 votos, 32 escaños, casi el 47%, a 5.000 votos de la mayoría absoluta. Aquella fue la mayor remontada de la historia de España en una elección autonómica: 15 puntos. Una disputa entre el barón rojo del PP, José Antonio Monago , y un PSOE que competía hasta el final con Guillermo Fernández-Vara como líder. Por tanto, desde esas bases históricas y, a pesar de todo lo cacareado, relato arriba-abajo, mayoría absoluta que se está tocando con los dedos en los sondeos, en Extremadura sucedió lo esperable desde que se convocaron los caucus de la derecha: Vox capturó al PP en la primera asamblea. Y esta certidumbre estratégica, que ya adelantamos en esta Sala de Guerra hace meses, habría pasado con menos Alberto Núñez Feijóo en campaña, pero también con más.

Quizás María Guardiola hubiera podido obtener la absoluta en otro momento. Pero este marco precipitado, construido en el Madrid DF., le venía dado: los caucus estaban concebidos para echar a Pedro Sánchez , confundiendo una autonómica con una estatal. Y, claro, fue el caucus de Vox. Deben tomar nota en Aragón, Castilla y León y Andalucía, porque quedan inaugurados técnicamente Los juegos del hambre en la derecha. Estos caucus son un producto político de diseño desconectado de la sociedad como se aprecia en el bajo interés que han despertado con una abstención histórica de casi el 40% de los extremeños al no convocarlos con las municipales. Pero también en la gran baja participación del voto rural, cuando los pueblos con vida son la esencia y la magia de Extremadura.

El gran ganador, cómo no, fue quién dobló: el Vox de Santiago Abascal pasando de 5 a 11 diputados

El PP ganó, muy agridulce, mejorando un escaño hasta 29, ante un PSOE desplomado en 18, sin candidato real y sin competir durante toda la campaña. Debacle. Unos socialistas fileteados con transferencias en todas direcciones: 11% al PP, 12% a Unidas por Extremadura y 4,9% a Vox. Pero el primer partido de Extremadura fue la abstención. Casi uno de cada dos extremeños, se ha quedado en casa. La protesta, la indiferencia, la desconfianza en PSOE-PP –ambos han bajado en votos–, los políticos como problema otra vez, una sociedad harta de peleas de patio de colegio con el eterno “y tú más”, han evidenciado en este primer caucus la crisis profunda del bipartidismo, mayor, como venimos explicando, que la de 2015 con el factor autoritario de la mano de Vox como gran beneficiado y una desmovilización absoluta de la izquierda. Con unos meritorios 7 escaños de Unidas por Extremadura de Irene de Miguel .

El gran ganador, cómo no, fue quién dobló: el Vox de Santiago Abascal pasando de 5 a 11 diputados con casi el 18% de los votos (nadie dudará ahora como explicó ­Opina 360 de su 20% estatal). Lo poco que el PP ha ganado por la izquierda, lo ha perdido por la derecha. Con ello el caucus ha servido para dimensionar el espacio au­toritario. Si se trataba de demediar a Vox, los comicios han servido para depender, como antes, de la derecha autoritaria. Si bien la izquierda tiene menos escaños que el PP en solitario, Vox domina el tablero, con el viento de cola favorable tras el reemplazo de Kast en Chile o la aclaración de la Casa Blanca sobre la UE y el papel de las ­derechas patrióticas. O pacta lo mismo que en la Comunidad Valenciana o el PP es el problema. Y ése es el eje de la captura de Vox al PP.

DON BENITO (BADAJOZ) 18/12/2025.- El líder de Vox, Santiago Abascal hace declaraciones a los medios dentro de la campaña electoral a los comicios autonómicos durante su visita este jueves a Don Benito. EFE/ Samuel Sánchez

Abascal, en uno de los actos de campaña en Extremadura

Eso lo sabíamos antes de votar. Los votos no han servido para resolver esta conjetura. Es más, si de lo que se trataba era de demostrar que el PP tiene otras vías para gobernar más allá del acuerdo con Vox, sea con regionalistas en Aragón o con las abstenciones, queriendo o no, los caucus han solidificado la transferencia de votantes que votaron a Feijóo en 2023 y ahora dicen que votarán a Abascal. Con tanta táctica y tan poca estrategia, refuerzan la estrategia del contrario. Son los efectos no deseados. No olviden en el Madrid DF. que Extremadura elige solo 10 diputados de 350 que tiene el Congreso. Ésta es la medida de estas extremeñas en clave nacional: no llega al 3%. Tampoco que este racimo de elecciones son un calco en lo estratégico a aquellas anticipadas andaluzas de 2015, que Susana Díaz convocó para frenar a Podemos. Dejando patente entonces, delante de toda España, que Podemos no era un suspiro de las europeas, como lo está siendo SALF, sino un espacio que Díaz ayudó a solidificar. Esto es lo sucedido realmente en el primer caucus de la derecha en el que Vox logró su objetivo político: capturar al PP.

Next week

Corregida la pájara

María Guardiola será la presidenta cuando resuelva la conjetura que el 21-D no ha sido capaz de resolver. Al contrario, ahora hay más Vox que antes, como lo habrá en Aragón, Castilla y León o Andalucía. Estas autonómicas reajustan, eso sí, las posiciones relativas de la derecha en favor de Vox tras su salida de los gobiernos autonómicos en julio de 2024. Los de Abascal han corregido la pájara estratégica con la que concurrieron a las anteriores elecciones autonómicas, municipales y generales. Y desde que están fuera de las coaliciones no hacen más que subir.

El ojo de halcón

Anticipador de Andalucía

La acritud entre PP y Vox marcará el próximo medio año hasta que se celebren andaluzas, que serán las elecciones que servirán para que todos los contendientes hagan cuentas, de verdad, y dispongan, de información de primerísima calidad para ver qué resultados pueden obtener en unas generales. Será el momento de la verdad, porque Andalucía elige a 61 de 350 diputados, casi un 17%. Los comicios extremeños, eso sí, aunque sea solo el 3%, tienen técnicamente un punto anticipador en las tendencias de los próximos comicios andaluces.

Leer el artículo completo