‘Conduttore, traditore’

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La noticia es que el catalán llega a los vehículos de Seat & Cupra. El Cupar Raval y el Cupra Born serán los primeros modelos del fabricante en incluir catalán, euskera y gallego entre los idiomas disponibles en el vehículo. Los modelos se presentarán a principios de 2026.

La decisión acaba con la anomalía en mayúsculas que representaba el hecho de que unos vehículos diseñados en Martorell no incorporaran el catalán, mientras que los Tesla, diseñados en California, o los BYD, diseñados en Shenzhen, sí lo hacen. Y esto, que parece una obviedad, es más relevante de lo que pensamos, no sólo por la salud digital del catalán, sino por la salud en general de los catalanes. Hablamos de personas, de máquinas y de cómo hablamos unas con otras.

La lengua de un vehículo puede condicionar nuestras decisiones

Interactuar con una máquina que debe hacer muchas cosas diferentes —poner la radio, el GPS, cambiar la altura de los faros, despejar los cristales— es en general poco eficiente. Si alguna vez ha hablado con un asistente de voz ya sabrá lo nervioso que puede llegar a ponerse cuando no le entiende o no hace lo que le pide. Incluso en inglés, el idioma para el que ha sido diseñado. Está claro que si añadimos una segunda capa de complejidad, con la traducción a un idioma que no es el nuestro, la ineficiencia se incrementa; aquello de “traduttore, traditore”.

Pero existe una tercera capa de complejidad añadida: las personas cambiamos cuando cambiamos de idioma. Varios estudios demuestran cómo personas bilingües responden de forma diferente a las mismas preguntas tipo test dependiendo si están en un idioma u otro. En un estudio de 2014 llamado Your Morals Depend on Language, los investigadores sometieron a personas de EE.UU., Corea, Francia e Israel al conocido dilema de la vagoneta. Un tren desatado matará a cinco personas que hay en una vía si no hacemos nada. Si empujamos a un hombre que lo está mirando desde el puente, caerá sobre el cambio de aguja y el tren se desviará: habremos salvado cinco vidas pero habremos matado al hombre. El estudio demostró que cuando tomamos decisiones morales con nuestra lengua materna suelen ser más éticas -no matar al hombre-, mientras que cuando lo hacemos en una lengua foránea suelen ser más utilitaristas: 5 vivos - 1 muerto = 4 vivos.

De esto se deduce que la lengua de la interfaz de un vehículo influye en la forma de conducir del conductor, que irá de más ética a más utilitarista dependiendo de la distancia psicológica percibida con la lengua del vehículo.

Que los nuevos vehículos de Seat & Cupra incorporen el catalán, es una muy buena noticia para los catalanohablantes, pero también para el resto de conductores. El resultado es fruto de meses de conversaciones entre el fabricante y la Aliança per la Presència Digital del Català, un trabajo que se habrían podido ahorrar si la empresa de Martorell hubiera sido consciente de cómo la lengua influye en nuestros juicios morales.

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