Barcelona
19/12/2025 06:00 Actualizado a 19/12/2025 06:21
La veintena de mossos d’esquadra que actualmente trabajan en el área de anticorrupción recibirán refuerzos en los próximos días. Media docena de policías, entre agentes y cabos, que llegarán como agua de mayo al grupo encargado de las siempre complejas investigaciones por corrupción.
Entre los nuevos fichajes está el del subinspector Juan Manuel Lazo, quien hasta enero del 2022 estaba precisamente al frente de las investigaciones por corrupción. Su regreso a la comisaría general de investigación criminal tiene que ver con esa voluntad de la dirección policial y política de los Mossos de dotar con más recursos una unidad que va escasa de manos para tirar adelante todos los casos que tienen abiertos.
Entre los fichajes está el cabo que ha llevado desde Tarragona el denominado ‘caso Montoro’
No se trata solo de corrupción política, que afecta prácticamente a todos los partidos del arco parlamentario catalán. El área también lleva investigaciones relacionadas con presunta corrupción de funcionarios de distintas administraciones. Entre una cosa y otra, el área tiene actualmente abiertas casi una veintena de carpetas. No todos los casos están judicializados, pero las que no han entrado todavía en un juzgado de instrucción cuentan con el impulso de alguno de los fiscales anticorrupción adscritos en Catalunya.
La vuelta del subinspector Lazo a anticorrupción permite varias lecturas, más allá del refuerzo que implica su vuelta. En enero del 2021 presentó su dimisión junto a una carta en la que detallaba los motivos de su marcha. El suyo fue un acto de lealtad al intendente Toni Rodríguez, que en aquel momento dirigía la comisaría general de investigación criminal y fue cesado por el entonces jefe de los Mossos, el comisario Josep María Estela con Joan Ignasi Elena al frente de Interior.
Toni Rodríguez había puesto al frente de anticorrupción de los Mossos a un subinspector de su absoluta confianza. El intendente como instructor y Lazo como secretario firmaron la investigación contra el entonces conseller de Interior, Miquel Buch, a mediados del 2020, acusado de contratación ilegal en el departamento de un mosso que había actuado como escolta personal del president Carles Puigdemont, con este ya fuera de España. En esas fechas, Rodríguez era el jefe de la División de Investigación Criminal, Buch conseller de Interior y Eduard Sallent jefe de los Mossos. Las presiones políticas contra los dos investigadores fueron de tal magnitud que Lazo se reunió con el magistrado de la sala civil y penal del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, Carlos Ramos, para solicitarle “amparo judicial” ante las presiones que estaban recibiendo y que “ponían en serio peligro la investigación”. El magistrado concedió el amparo a ambos policías de los que en esos momentos se difundía incesantemente que iban a ser cesados. Una campaña de desprestigio a los dos mossos que tuvo como respuesta el blindaje por parte del magistrado.
Rodríguez fue enviado a la comisaría de Rubí y no se quedó con los brazos cruzados. Denunció su cese en los juzgados y lo atribuyó a su negativa a facilitar información confidencial sobre las investigaciones que afectaban a políticos. En octubre, la justicia le dio la razón, su cese fue anulado y aunque se le permitía regresar a su puesto al frente de la comisaría de investigación criminal, se ha mantenido en el cargo que ahora ocupa, en la jefatura, diseñando estrategias como Kampai, contra la multirreincidencia.
El subinspector Lazo si pudo escoger destino y estos últimos años ha estado en Arenys de Mar, al frente de seguridad ciudadana. Otro de los fichajes más esperados en anticorrupción es la incorporación del cabo del área de investigación criminal de los Mossos de Tarragona que en 2017 arrancó la investigación que ha sentado en el banquillo de los acusados al que fuera ministro de Hacienda con el Partido Popular, Cristóbal Montoro.

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