Unidas por Extremadura se reivindica como la “esperanza” para la izquierda con tres escaños más

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El hundimiento del PSOE otorga a Unidas por Extremadura una subida de tres escaños. La candidatura de Irene de Miguel logra siete diputados con el 10,25% de los apoyos, el mejor resultado obtenido por el espacio a la izquierda de los socialistas en la comunidad, y revierte así la tendencia a la baja de Podemos e Izquierda Unida en las últimas convocatorias. La coalición se acerca a los pronósticos más optimistas tras el cierre de colegios—que le daban hasta ocho— y rentabiliza el desplome de los socialistas, pero reconoce que el resultado no puede leerse en clave nacional. La confluencia ha reivindicado desde el principio su autonomía e interpreta que el crecimiento responde a la coyuntura local: su trabajo y un PSOE muy tocado por la imputación de su candidato, Miguel Ángel Gallardo, y la división del partido tras las primarias. Una debilidad que De Miguel ha tratado de aprovechar en campaña con el llamamiento a su electorado.

La lista unitaria en la izquierda, además, ha traslado una imagen de cohesión desde el principio al dar por seguro el acuerdo, evitando desavenencias públicas y pactos sobre la campana. El resultado de este domingo deja ya varias lecturas en la política nacional. Para unos, que la unidad siempre servirá para rentabilizar voto. Para otros, que la sintonía se produce cuando no aparece la marca Sumar. El partido creado en 2023 por Yolanda Díaz apenas tiene implantación en la región y no está en la papeleta.

“Somos una luz de esperanza para la izquierda transformadora de todo el país”, ha celebrado De Miguel en su comparecencia ante los medios. “La unidad que supone Unidas por Extremadura es el camino para enfrentarnos al recorte de derechos que nos proponen las derechas”, ha reivindicado sobre un proyecto que suma ya siete años de vida. “Estábamos sembrando y ha llegado el momento de cosechar todo ese trabajo. Hemos sido oposición firme y vamos a seguir siéndolo”, se ha comprometido. La cabeza de lista ha pedido la dimisión de la candidata popular: “La pregunta es ¿y ahora qué, señora Guardiola? Nos ha llevado a elecciones para que suba un escaño y dependa de un Vox más fuerte. La gran perdedora es ella”.

Los dirigentes nacionales de las organizaciones del espacio se han sumado pronto a las reacciones. Más allá de lamentar el crecimiento de las derechas, los líderes de los partidos han tratado de sacar pecho del desempeño de la coalición, con serias advertencias a los socialistas. “El PP y Vox crecen en Extremadura ante un PSOE impotente que es incapaz de frenar a esta derecha. Podemos estará donde hay que estar, defendiendo derechos en las instituciones y en las calles, pero esta deriva sólo se para por la izquierda”, ha advertido en redes su secretaria general, Ione Belarra. Para la dirección federal de IU, las elecciones “reafirman” su propuesta política: “unidad, trabajo colectivo y arraigo territorial, sin personalismos”, señalan en un comunicado en el que critican el “inmovilismo” del PSOE. Mientras, desde Movimiento Sumar, consideran el resultado “preocupante”, piden “tomar nota” de la experiencia de Unidas por Extremadura para llevarla “más allá” y ponen deberes al socio de Gobierno: “Si no damos razones a la gente para movilizarse, los reaccionarios se las inventarán para tumbarnos”, avisan en un momento de extrema debilidad del Ejecutivo.

Aunque para muchos es un rostro novedoso en la política nacional, esta era la tercera vez que Irene de Miguel se presentaba como candidata a la Junta y ha sido diputada desde 2015. Pese a la ruptura en el Congreso en 2023, la confluencia entre Podemos e Izquierda Unida (que incluye también al ecologista Alianza Verde) se daba por descontado en Extremadura y en menos de 24 horas desde la convocatoria, Belarra dio su visto bueno a la coalición. La líder territorial ha reivindicado siempre que la suya era una candidatura autónoma, “por y para” Extremadura, sin interferencias de la política nacional. Tanto es así que ningún ministro de Sumar ha participado en la campaña. La organización no forma parte de la papeleta, pero la ha respaldado públicamente y trató de reivindicar su presencia a través de una independiente (la número 23 de la lista por Cáceres). Sin embargo, pese a que De Miguel apostó en 2023 por que Podemos se presentase a las generales en Sumar, su respaldo a Díaz ha virado con el tiempo, sobre todo tras la salida de sus diputados al Grupo Mixto. En la entrevista con EL PAÍS afirmó que no tenía contacto con la vicepresidenta y en otras declaraciones durante la campaña llegó a hablar de ella como un “fraude para la izquierda”.

Frente al declive del espacio progresista en su conjunto, los siete escaños obtenidos este domingo (un aumento de cuatro puntos y más de 17.00 votos respecto a 2023) sirven, con todo, para insuflar ánimos a un electorado devastado en el panorama nacional por la crisis que atraviesa el PSOE y afecta a todo el Gobierno y que se enfrenta desde ya a un ciclo electoral muy complejo (Aragón, Castilla y León y Andalucía), sin tener aún decidida ni la unidad entre organizaciones para esos comicios ni cuál será el rostro que encabece el proyecto en las próximas generales.

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